Habían pasado unos días en donde recibimos un extraño panfleto en el barco, la gaviota mensajera que todos los días nos traía el periódico cierto día nos trajo algo bastante… “especial” vamos a llamarlo, pues estaban promocionando una especie de torneo en una arena de combate que estaba montada en un coliseo de no se donde exactamente, la verdad es que al principio me dio completamente igual aquel torneo, sin embargo, los demás estaban muy entusiasmados y la gran mayoría se apuntó al mismo, siendo así que el propio Ralma una noche me abordó haciéndome presión social para que me anotase a una prueba de supervivencia que había pautada en dicho coliseo. Una vez mas reiteraba en que no me apasionaba para nada estas cosas, no obstante, para no escuchar las constantes insistencias de los demás y que no me llamasen viejales aburrido, opté por apuntarme al dichoso evento, total… ¿Qué podría salir mal?

El día llegó y la competición estaba por comenzar, me hicieron pasar por un pasillo jodidamente extraño el cual tenia un techo al aire libre, la oscuridad de la noche estaba alumbrada por la luna que reinaba en el cielo y además de ello, el mismo pasillo por el cual caminaba estaba también alumbrado por unas antorchas perfectamente posicionadas Bueno… veamos que nos espera por aquí… poco antes de acceder al interior de este pasillo escuché todo lo que el maestro de ceremonias del evento comentó y francamente a mi parecer, me sonaba a que exageraba demasiado en lo dicho, dudaba mucho que realmente alguien fuese a morir y hasta era posible que todo estuviese dicho de una manera un tanto figurada, no obstante, poco temía ya a la muerte después de todo lo que viví anteriormente

Al cabo de unos momentos, llegué hasta una habitación la cual tenia una puerta frente a mí que estaba cerrada aparentemente Mierda, cerrada ¿Por dónde habrá que ir? cuando me di cuenta, la puerta por la que vine se cerró de igual manera y pintaba que tampoco podría salir por aquel lugar Que maravilla oye… comenzaba a desesperarme y por aquello mismo fue que saqué mi petaca y le di un buen trago a esta para calmar los nervios y que me ayudase un poco a sobrellevar lo que estuviese por venir. Un televisor colgado de aquella habitación comenzó a llamar mi atención cuando el mismo comenzó a hacer cosas raras y termino por encenderse, dejando ver la imagen de un hombre que tenia el rostro cubierto por una mascara que personalmente me daba bastante grima

El tipo comenzó a presentarse, el Doctor Jonathan Crane decía que se llamaba Ya claro, doctor por los cojones, hoy en día todo el mundo se llama a sí mismo doctor de manera muy rápida durante mi evidente verborrea, me pude dar cuenta del olor de un extraño gas que rápidamente inundó mis fosas nasales, rápidamente me tapé con mi diestra mi nariz y boca, sin embargo, aquello ya fue demasiado tarde ¿Qué coño es esto? Joder, no se equivocan cuando dicen que este tipo esta loco y hasta mas que yo… dije con un tono de molestia. Finalmente parecía que todo esto trataría de tener que encontrar una cura para el veneno que acababa de inhalar algo de lo que ya estaba seguro iba a ser un verdadero dolor de huevos

La puerta por la que intenté salir anteriormente se abrió, dejándome acceder por la misma cuando la transmisión en aquella televisión se cortó, por lo que rápidamente me desplacé por ella observando un bosque que estaba mas oscuro que el sobaco de un grillo Joder… apenas logro ver algo… dije intentando observar con detenimiento, pero no había manera. La puerta por la que entré se cerro de par en par, ya no había marcha atrás en aquel lugar, por lo que comencé a caminar con la esperanza de encontrar otra salida. La espesura de los árboles no permitía el paso de la luz de la luna, sumado además a una niebla que se iba tornando cada vez más y más densa a medida que avanzaba, no obstante, no tarde demasiado en darme cuenta de que había un pequeño destello de una tenue luz que provenía de alguna parte de aquel oscuro bosque

Como buenamente pude, caminé hasta aquella luz, solamente esperaba que no hubiese muerto y esa luz indicase el camino al otro barrio, ya que de lo contrario pensaba volver aunque fuese en forma de fantasma y atormentar a Ralma mientras cagaba solo por el hecho de haberme convencido a meterme en esto. Para mi fortuna, aquella luz no me llevó hasta unas puertas custodiadas por un señor con una extensa barba, no, me llevó hasta algo ms tétrico como una vieja mansión que a priori parecía estar abandonada, pero que ni de coña iba a ser así Bueno, puede servir de refugio mientras ideo un modo de salir de aquí… mientras que caminaba hasta la entrada de dicha mansión, me di cuenta de que en el buzón habían un montón de sobres, por lo que agarre uno de ellos y con bastante curiosidad me dispuse a leer para saber que contendría en su interior