¡Bienvenidos al Coliseo Arena! ¡Estamos encantados de teneros aquí! ¡Otro año más estamos realmente complacidos de teneros aquí, y de probar quién de vosotros es el más fuerte! -la voz de aquel presentador no sólo se escuchaba por toda la estructura del enorme navío que deambulaba por los Mares Cardinales, si no que además era retransmitida por todas y cada una de las islas de aquellas aguas. Incluso llegaba a las lejanas tierras del Grand Line.

En las imágenes se podía discernir a un muchacho de traje blanco a rayas negras, con ojos azules y una cabeza cuadrada y poblada por una cabellera plateada y desordenada. Un hombre con un entusiasmo contagioso, que cada vez que abría la boca generaba estupor entre los espectadores, tanto de las enormes gradas del coliseo marino como en las casas de aquellas personas que no podían asistir al espectacular evento.  

Lo más espectacular no era solamente el enorme barco que navegaba por el Mar del Sur, si no su magnífico interior. Una cubierta totalmente decorada por gradas, separadas por lo que parecían barreras, y una cantidad ingentes de “arenas de combate” en las que se disputaban los diferentes torneos o modalidades de juego disponibles. Había una especialmente grande, la que más destacaba, y en sus gradas se podían ver a una cantidad abrumadora de personas gritando exaltados por la emoción del espectáculo.

Muchas de las paredes del navío estaban cubiertas de enormes carteles de recompensa de los diferentes piratas, revolucionarios y criminales de todos los rincones del mundo, incluyendo los de piratas peligrosos como eran Magodemov o Kyller V. Goth. Había carteles con el rostro de poderosos Almirantes, respetados Cazadores y, en lo más alto de una tribuna especial e inaccesible se encontraban las cabezas de familia del Gorosei. Los cristales de este habitáculo estaban hechos de un material especial, similar al Kairoseki, por lo que nadie con Frutas del Diablo podría penetrar en aquella sala y no verse afectado, estaban a salvo completamente.

No solo eso. Las leyendas de otras ediciones de las diferentes modalidades se han apuntado para ofrecer “Combates Legendarios” a las personas que tengan el valor de hacerles frente. Campeones respetados como el temible Nanaue, también como el Rey Tiburón, o la Heroína conocida como “Súper Vaca” han llegado desde los confines de los mares lejanos para demostrar que siguen siendo los mejores combatientes.



-¡Bienvenidos a la modalidad Amateur! ¡Presentamos esta nueva modalidad en la que luchadores más novatos se enfrentarán entre ellos y pelearán duramente para conquistar esta arena y a sus espectadores -la gente vitoreaba palabras sin sentido, gritando enloquecidos los nombres de los diversos participantes.

-¡La Arena será común para todos los combates, y estará conformada por un cuadrilátero de cien metros por cien metros, rodeado de un pequeño campo de hierba que convierte el área de combate en una zona de ciento cincuenta metros por ciento cincuenta metros! -el presentador movía sus brazos presentando el terreno de combate. Este no tendría ningún tipo de ventaja para absolutamente nadie, por lo que no representa tampoco una desventaja en particular -Si una persona sale de los límites del cuadrilátero no será descalificado, por lo que podrá seguir peleando sin ningún tipo de problemas. Las gradas están protegidas por una barrera impenetrable que funcionará a modo de muro indestructible. Cualquier impacto en el mismo no supondrá un peligro para los espectadores -el presentador disparó un arma explosiva contra las gradas, y como bien explicó, una barrera parecía bloquear las mismas, y por ende proteger a los espectadores.

Con su micrófono en la zurda y un papel blanco doblado que sacaba de su bolsillo a modo de lectura o recordatorio. -Empezamos presentando a nuestro CHAMPIÓN, King of The Kings...- Alzaba su diestra mientras caminaba para centrarse en el lugar y señalar a un lado del campo de batalla, un Gyojin tiburón azul alzaba sus brazos musculados. El presentador abría el papel visualizando los datos de Campeón, una Carta de Poker se caia al suelo con el simbolo del Comodín, el Joker, se agachaba rápidamente para recogerla, un segundo despues emitía una sonrisa amplia, algo había cambiado en el presentador. -¡¡¡WUUUUOOOO!!! A tremendo bigardo de 200 Kilos de pura masa muscular, ¡Musculo sobre musculo! Que no dudara en aplastar a sus dos adversarios! ¡A Nanaue! Guardían del Túmulo de las Aguas Profundas o yo que seeee es esto.- El presentador arrojaba el papel blanco al aire y este iba cayendo al suelo.

-¡¡Wuuuueeeeeeeeehhhh!!- Gritaba el publico, saltando de la granda en una tremenda ovación a su gran y afamado luchador.

-¡¿Y Al otro lado?!- El presentador daba dos comicos giros de 360º para dirigirse al lado opuesto del cuadrilátero a los dos sujetos que se enfrentarán al Campeón. -¡Al cornudo de Kyber que tambien es... TREMENDO bigardo de dos metros y medio, pero nada podrá hacer a nuestro CHAAAAMPIOOON. Junto a él queda suuuu compañero de aventuras, el electrizante pelirojo Ralma, comparado a su compi es un peso pluma, espero que no compartan habitación... Yaaaaa saaaben. JUNTOS hacen "El Duo Dinamico", hacen grandes actuaciones con sus ukeleles dicen por ahí.- El presentador les restaba importancia a estos dos desconocidos y nuevos participantes en este torneo, como si no tuvieran nada que hacer frente al Campeón.

-¡Wuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!- El Publico abucheaba al Duo Dinámico, no tenían a la gente a su favor.

El Presenteador se mostraba extremadamente sonriente y con una risa entre dientes, como si su personalidad hubiera sido... Cambiada por el Narrador de este combate de manera momentánea para las presentaciones.

Importante:

No habían pasado ni unos meses desde lo ocurrido en Thriller Bark, y sin embargo, el mundo parecía estar conmocionado por otros sucesos. En las aguas del Mar del Sur había aparecido un enorme barco coliseo, uno cuya fama recorría todos los mares del mundo y el cuál no era nada desconocido para mí. Había ordenado a la tripulación acudir a aquella enorme embarcación y disfrutar entonces de las situaciones características que en él se pudieran suceder. La verdad era que no me esperaba que hubiese tantos carteles con mi cara, y mucho menos que la gente vitorease mi nombre con entusiasmo y jolgorio. No podía pensar en absolutamente nada más que en lo importante que me había vuelto con el paso del tiempo. Igualmente, esto no iba a suponer un cambio en los planes de nadie, dado que no quería tampoco que la fama se me subiera a la cabeza. Simplemente observé con total emoción toda la situación y acudí a la velocidad del rayo a apuntarme en varias modalidades de combate, pues estaba deseoso de probar mis nuevos poderes. El papel era terso, y escribir en él resultaba incluso satisfactorio. Mi nombre ya decoraba las listas de participación y sólo quedaba esperar para el tan ansiado momento de mostrar mis capacidades al mundo.

Fue entonces cuando mi nombre comenzó a llenar toda la arena. Me presentaron con emoción y satisfacción, como si me hubiese convertido en un icono. Los gritos de ovación llenaban mis oídos, pero al igual que los abucheos y los insultos. Simplemente sonreí abruptamente y observé como mi compañero subía al cuadrilátero al mismo tiempo que yo y mientras lo presentaban. Observé a Ralma con entusiasmo, y con una enorme sonrisa en mi rostro que denotaba orgullo. Este muchacho haría un espectáculo asombro. No tenía ninguna duda, pero tampoco tenía pruebas de que todo saliera bien, dado que íbamos a enfrentar a uno de los guerreros más poderosos del torneo.

Y así fue, un enorme Gyojin subió las escalinatas con un ímpetu asombroso. Solo de observar sus colmillos me asombraba, pero le partiría esa mandíbula tan delicada.

Detalles:

Ralma volvió a acudir a la arena de combate. En esta ocasión no pelearía solo sino que lo haría junto a su compañero Kyber. La verdad es que a Ralma no le apasionaba demasiado la idea de batirse en un duelo junto a Kyber puesto que ambos eran dos de los seres más duros de todo el mundo que habían conocido por los blues. Estaba claro que cuando peleaban juntos constituían una dupla imparable.

Ralma se quedó mirando por unos instantes la cara de Kyber, el cual sonreía mirándolo. El joven no apartaba los ojos de Kyber, esperando que en algún momento dejase de mirarlo con esa cara de panoli que estaba poniendo. Sin embargo, y para pesar del joven pirata, no lo hacía. Los nervios se fueron acumulando en Ralma así como su paciencia se desvanecía a pasos agigantados al mismo tiempo que su cara se iba poniendo cada vez más y más roja, hasta que ya no lo pudo soportar más.

- ¡PERO QUE SE SUPONE QUE ESTÁS MIRANDO CON ESA CARA DE FLIPADO, TENGO MONOS EN LA CARA O QUEEE! - gritó con todas su fuerzas, producto de que, una vez más, Kyber había logrado agotar la poca paciencia que caracterizaba al pelirrojo

Los gritos de Ralma sirvieron para que este soltase un poco de energía acumulada y se calmara. Se giró dándole la espalda a Kyber y cruzándose de brazos refunfuñando, con una rabieta adolescente habitual.

- Bueno, no se que hacemos tu y yo peleando juntos ¿Quién se supone que...?

Ralma no llegó a terminar la frase cuando un temblor le sobresaltó interrumpiéndolo. Podía notar una enorme presencia. Se giró hacia la esquina opuesta para ver a un enorme Gyojin, tan grande como amenazador, cuyos pasos parecían retumbar la sala. Su musculatura era inmensa junto con su tamaño, el cual superaba en altura incluso al cornudo de su capitán. Sus dientes afilados parecían estar manchados de sangre

- Qué demonios... - dijo Ralma apretando los dientes y los puños. Estaba claro que esa pelea no resultaría tan sencilla como en un principio esperaba, de hecho comenzó a dudar si entre ambos juntarían la fuerza necesaria para hacer frente a ese monstruo.

Ralma se acercó de un ágil salto a Kyber

- Y ahora... ¿que hacemos?- preguntó un indeciso Ralma

Los contundentes pasos sobre el terreno de combate, hacía levemente temblar como pequeños seísmos cuando el gran Gyojin Nanaue entraba en escena ¿O solo era la impresión ambiental que generaba su sola presencia? Cuando a este lo presentaban se giraba a un lado de cara a la grada para elevar su diestra haciendo fuerza en su biceps a modo de exhibición muscular. -¡Wuuaaaaarrrrghhh! Jejejejeje- Emite un rugido con una pequeña risa final donde su mandíbula quedaba ligeramente abierta con una sonrisa donde todos sus dientes afilados propios de un tiburón podía percibirse, cualquiera con dos dedos de frente sabría que un bocado de un tiburón sería realmente doloroso.

-Venga muchachos, alardear un poco.- Ladeaba el Gyojin hacia sus rivales, al pelirrojo Ralma y al Oni barbudo, con agradables palabras. -No seáis tímidos ante el público, saludarles.- Con el mismo brazo que había enseñado bicep ahora lo utilizaba para mover la mano de un lado a otro a modo de cordial saludo hacia el público. Se mostraba este aparente intimidante tiburón con una muestra agradable hacia sus rivales. Se notaba que por parte de los novatos y primerizos en este torneo, cierta tensión e inquietud, que el tiburón deseaba romper el hielo y se relajaran.

Tras ello, bajo la diestra pero subio la zurda con la palma estirada hacia el hombre encargado de dar al goom como inicio de batalla, para que este se detuviera en ello, momento que Nanae aprovecho para dar unos finales pasos hacia sus adversarios buscando una distancia cuerpo a cuerpo, donde ellos podrían percibir mucho mejor su físico: Un torso desnudo lleno de cicatrices variadas ya fuesen cortes o quemaduras viejas, portando únicamente un pantalón corto vaquero. Extendió su gran puño cerrado frente a ellos, como gesto de invitación deportiva a que le chocaran el puño antes de que se dieran lugar el gom. Su mirada quedaba fija en ellos, en sus rostros, quizás dieran una impresión intimidante por ser físicamente un tiburón.

-Os arrancaré la médula y me la beberé como un sorbete.- Diría después de una vez que hubieran chocado o negado previamente el hecho de chocarle el puño. Al finalizar su frase, sonrió levemente mostrando sus afilados dientes, ahora si había que tener miedo. Se alejaba volviendo a su posición inicial a unos 10 metros de ellos y les daba el frente, realizando con su zurda la señal al hombre del gom para que, ahora si, teniendo permiso del GRAN NANAUE, lo golpeara e iniciara oficialmente el combate.

-¡Sasón, Tortu a nother Utsú!- Inmediatamente al tocar el Gom, Nanaue juntaba sus dedos frente a él estirando sus brazos al frente con las manos abiertas y marcialmente los separaba realizando semi-circulos frente a él de manera lenta y tranquila, hasta que su diestra se cerraba en un puño colocado a la altura de su costado y la izquierda estirada con la mano parcialmente abierta con el codo relajado, adoptando así, una especie de posición de combate, firme y estático. -¿A que esperais?- Su zurda ligeramente adelantada, movía los dedos adelante y atras de manera provocativa para que fueran a por él, cediendo así la iniciativa de sus ofensivas.

Datos:

El enorme tiburón extendió su brazo a modo de saludo hacia sus oponentes. Ralma tragó saliva al mismo tiempo que retrocedía dos pasos hacia atrás para colocarse a la altura de Kyber.

- ¿Te he comentado alguna vez... mi fobia a los tiburones? - dijo el muchacho bastante nervioso. Lo miraba pero solo veía su enorme boca llena de peligrosos y afilados dientes, demasiados para contarlos, dotándole al enemigo de una sonrisa completamente sedienta de sangre.

Tras eso, el gyojin comenzó con sus amenazas sobre como iba a beberse la médula de sus huesos. Ralma pudo sentir como se le erizaba un poco el cabello debido a los nervios.


- Kyber, recuerda usar los items que hemos comprado en la tienda- dijo el pelirrojo sin quitar ojo de su oponente, sin embargo algo le llamó la atención.

-¿Cómo? ¿No has comprado nada? ¡¡IDIOTA, TE DIJE QUE PASARAS POR LA TIENDA!! - Comenzó a gritar el muchacho a su capitán - ¡¡UNA, SOLO UNA COSA TENÍAS QUE HACER, MALDITO CORNUDO GORDO!! Y AHORA TENEMOS QUE ENFRENTARNOS A ESA COSA SIN NINGÚN TIPO DE VENTAJA - añadió mientras expresaba el numero uno con el dedo de la mano en la cara del oni, tan cabreado que parecía haber olvidado su miedo a los tiburones por un momento - Bueno, supongo que es lo que hay, tendremos que hacerlo sea como sea - volvió a añadir ahora recuperando la atención por su oponente.

Sin más dilación, Ralma se desplazó de un salto 15 metros hacia detrás mientras lanzaba una de sus técnicas al gran tiburón, el cual se cuadró en una extraña posición de combate que Ralma no era capaz de identificar, jamás había visto nada parecido a eso.

Mientras saltaba, una densa corriente de rayos se formó sobre el hombro de Ralma, recorriendo todo su brazo hacia su mano y saliendo disparado contra su oponente, esperando que sirviera de algo.

información:

Crují cada hueso de mi cuerpo. Agarré mi muñeca, la doblé y se escuchó un crujido. Hice lo propio con el brazo derecho, y luego con el izquierdo. Las rodillas, las piernas en general, los pies. Doble el cuello sin esfuerzo, y de nuevo otro crujido que sonaba como una tormenta. No podía evitar sentir cierta emoción por el combate, pero al mismo tiempo, estaba completamente seguro de que aquella batalla sería reconstituyente. Cerré los ojos un segundos, y una pequeña melodía comenzó a resonar en mi mente. Una melodía suave, simple, un canto de cuatro personas cuyas notas bailaban alrededor de mi cabeza repitiendo que mi valor no tenía cabida en aquel mundo. No pasaba nada si perdía, si me esforzaba y no lo conseguía. En mi mente se dibujaban las notas que bailaban que un pentagrama amargo. A pesar de todo, y de imaginarme un mundo consumido por el apocalipsis, estaba centrado y preparado.

Me giré a mirar a Ralma, abriendo los ojos con calma, como observando un paraíso a mi alrededor. Su voz llegó a mis oídos como un estruendo, y eso descentró mi cabeza, pero aun así continué firme y poderoso. Lo miré, restregando mis dientes uno contra otro, y mi cuerpo comenzó a cambiar -¡Cállate, maldita sea! -mi cuerpo comenzaba a crecer, primero simplemente volviendolo de oro y brillante, y poco a poco, haciendo que mi tren superior creciera enormemente, con un rostro completamente fuera de lugar -¡Un maldito año dándote de comer y sigues quejándote por todo! -las venas no se marcaban en mi cuerpo, pero claramente se notaba el cabreo que prácticamente disparaba -¡Pienso obligarte a comer pescado toda esta semana! -el cabreo en mi rostro se dibujó en una sonrisa maquiavélico y siniestra.

Mi cuerpo se movió hacia delante, avanzando. Ralma se había movido con anterioridad, y se había situado a mi espalda. El tiburón, por su parte, había adoptado una extraña pose de combate, provocándonos para atacarlo. No era tan imbécil como para caer en su trampa, pero por supuesto debía seguir una estrategia un tanto más específica. Fue por eso que haciendo un poco de fuerza con mi cuerpo, este comenzó a despedir una especie de energía brillante desde este y a despedir un brillo sobrenatural. ¿Mi objetivo? Je, quizás sea mejor que lo adivines.

Detalles:

Nanaue quedaba con el puño extendido… Un segundo… Dos segundos… tres segundos…

Frunció el entrecejo, si es que un tiburón tuviera cejas, pero la expresión de su rostro se podía entrever como si lo tuviera, aparte de ahora querer beberse su médula, una amenaza “cordial” como otra cualquiera entre luchadores. ¿¡Pero que lo ignoren?! ¿Que no le choquen el puño? Ohhhh amigo mio, eso es antideportivo y algo que si apreciaba el TREMENDO y BIGARDO Nanaue, era la deportividad. Los iba a destrozar.

Pero se le mostraba tenue y calmado, impasible, pero por dentro iba a ser rencoroso. Observó cómo el individuo más escuálido, el pelirrojo, se alejaba ágilmente a la par que generaba energía eléctrica, solo lo miró, su posición marcial era estable y perfecta. ¡FLASH! El cuerpo del Oni emitió un destello fulminante en las cercanías haciendo que el Gyojin tiburón cerrara los ojos y arrugara el rostro con desagrado, apartando la cara a un lado. -Otro tonto que brilla…- Murmuraba pero perfectamente audible, maldiciendo de alguna manera por el recuerdo pasado de alguien que se enfrentó que tambien usaba elementos deslumbrantes.

Un rayo alcanzaba la zona frontal de Nanaue, obligando a rachear los pies unos pocos metros hacia atras, pero sin llegar a derribarlo, tras ese efecto fulminante eléctrico se podía percibir al Gyojin manteniendo su postura perfecta e inquebrantable con gran marcialidad, con pequeños hilos de humo emitiendo desde su cuerpo por el efecto electrico chamuscado en él.

-Me toca. ¡Tocón Donut e u Utsú!- Chocaba sus palmas frente a su rostro y acto seguido, su diestra se cerró y en un movimiento de cintura arqueó su cuerpo hacia adelante donde su puño buscaria colisionar contra el terreno, provocando la generación de una onda que destruía en una amplia zona circundante y mandaba escombros a volar por todas partes de manera violenta y caótica. Tras el golpeo, se reincorpora rapidamente adoptando una nueva posición marcial, donde su zurda y diestra quedaba extendidas por igual a la altura de su rostro y ligeramente a cada lado, con los dedos separados y ligeramente contraidos como si adoptara la posición de las garras de un tigre.

Datos: